En las bodas busco siempre ir más allá de hacer “algunas fotos bonitas” o de cumplir con la obligación de sacar unas imágenes «clichés». Lo que busco son emociones, historias intensas y reales; no busco poses ni gente bonita, porque la belleza no está ahí: la belleza está en otra parte. A veces pienso que la belleza está detrás de un velo que busco descorrer y, cuando la sorprendo ahí detrás, en su dimensión secreta, quiero capturarla y compartirla con la gente.
En ocasiones, este «más allá» que persigo con mis fotos es genuinamente capaz de conmoverme. Y es que suena a tópico decir que el fotógrafo se emociona tanto con la boda que hasta llora, pero en mi caso esto ha sido cierto en muchas ocasiones: he llegado a las lágrimas cuando las palabras me faltan y ni las fotos me son suficientes para expresar mis sentimientos.
En la boda de Ruth y Ferran en Aldea Santillana me ha parecido que lloramos todos: hasta el cura. Y es que Ruth y Ferran son una pareja especial y en su boda se pudo sentir.
No hay que olvidar que Aldea Santillana es una localización preciosa para realizar bodas, una finca situada a sólo 40km de Madrid. Sin duda un lugar con encanto para realizar fotos originales de boda.
Hoy no me enrollaré más y os dejaré simplemente con unas cuantas fotos. Me he vuelto loco durante una hora para hacer la selección (ni siquiera sabía si ponerlas en blanco y negro o a color) y esto es lo que ha salido. Me he limitado a contar su historia y la de su familia, así que espero que os guste la selección.